Córdoba no fue tan terrible. A Las diez de la noche subí al ómnibus otra vez.
Hable con mí padre. Comienzo a dudar de la existencia del muerto. No recuerdo el pasaje de la conversación que me ha hecho considerar la idea de que el muerto no existe. Creo que todo el discurso está envolviendo una mentira, pero, no de las peores, una mentira blanca y pura como una verdad trascendental.
Mi padre me extraña, supongo que no se resigna a vivir solamente con mi madre. En la charla telefónica no escondió su enojo debido a mi tardanza. -¿Como puedes tardar tanto? Eres un irresponsable, sigues igual- dijo. Traté de explicarle mis problemas económico. Fue peor
Le expliqué con detalles mi itinerario y le dí a entender que taradaría una semana para llegar a Lima. Me contestó con una lista de insultos, su despedida fue: "Debes llegar ya"
Estoy nuevamente en un ominibus, ésta vez provisto de una tableta de somniferos. Creo que alcanzará para sobrellevar la ruta hasta Salta
domingo, 7 de octubre de 2007
Charlas telefónicas
Publicado por Manuel Jontes en domingo, octubre 07, 2007
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10 comentarios:
No entiendo querido Manu...eres muy complicado......saludos
M... lectura interesante, sí. Da para seguir la historia.
Saludos.
Buen viaje con esa tableta!!!
Una duda, en mi blog pusiste que aceptaste la invitación
¿cuál sería ésta?
cilpógena: la invitación que acepte esla de pasar por el blog, supongo. saludos y pasa por aquí.
culpógena, quise decir..saludos
Buen viaje y llega pronto !!!
Sigue con la historia....
Abrazos
Lima??? vaya....
Saludos...
Los padres no entienden... no entiendo entonces por qué nosotros deberíamos entenderlos a ellos... sigue tu viaje hacia algún lugar sin teléfonos... ;)
Besos!
Dónde andas que nos han dejado varados aquí...
Me parece que la tableta la deberás renovar al encontrarte con él... no es cuestión de desperdiciar sonmiferos en viajes...
besos
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