jueves, 23 de agosto de 2007

(anoche) 27 de junio

Logré escapar. Con sangre en las manos y herido sobre las costillas. Llegué a la casa. Me abrió y me miró, de arriba a abajo. No se detuvo en ninguna de mis heridas. Entramos y la seguí hasta la cocina. Ella se sentó sobre la mesada y vigilaba el agua para el café. Sin preparación me acerqué a ella, me puse entre sus piernas que se abrían con timidez pero me daban permiso para besarla. La hornalla se apagó y ella me agarró fuerte de la nuca empujándome hacía su boca. Necesitaba un momento confortable. Fuimos a su cuarto nos recostamos, ya sin la violencia de los primeros momentos.
Con un cigarrillo en mi mano izquierda pensaba lo bueno que sería si ella en ese momento me decía que no podía quedarme ahí. Me levanté, vi las sábanas llenas de sangre y mis manos limpias; lo de las costillas es crónico. No dijo nada y me fui. Afuera, la luz de la luna cayó como plomo sobre mis hombros.

Lo que perdura en el tiempo se corrompe*

Los días anteriores del diario se han perdido...Ha sido muy duro conseguir el dinero...Lo logré..en unos días, después de todo, parto al Perú...Me carcome la conciencia y la ansiedad (puedo asegurar que es una mezcla fatal)

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* La nota estaba exactamente en el mismo lugar que la ubique. Aclaro que la nota no aporta nada al argumento de la obra (es una expresión del autor y no del narrador). Manuel Jontes

lunes, 20 de agosto de 2007

27 de mayo...

Debo conseguir ese dinero de alguna forma.
Mi lista en orden de prioridades:




  • Hacer horas extras en mi trabajo
  • Pedir dinero prestado a Manuel
  • Buscar otro trabajo
  • Pedir dinero a mis padres
  • Robar un banco
  • Vender drogas con los paisa
  • Aceptar el trabajo que me ofreció la perra de Dolores

  • (de ahora en mas voy a recordar que no soy un gran humorista)*

La primer opción de todas no es la mas seductora pero, si la más viable. Sería preferible robar un banco o vender drogas, pero, estas opciones, si bien tendrían una recompensa mucho mas apetitosa, requieren de un espíritu del cual carezco. Pedir dinero a Manuel o a mis padres se convirtió en una salida fácil y rápida pero, no estoy dispuesto a afrontar las consecuencias. Aceptar el trabajo que me ofreció Dolores nunca va pasar, simplemente lo puse en la lista para recordar que nuca va a pasar y sentirme orgulloso de eso.

Estoy feliz. No tan en el aire con esto de conseguir el dinero para viajar a Perú

Son las 11:oo de la noche en Buenos Aires y tengo que ir a visitar a Manuel. El viaje es bastante largo. En estos últimos meses descubrí que cada día que pasa voy perdiendo esa inconsciencia que servía como inmunidad contra lo que me acecha. Cada día que pasa tengo más miedo de salir a la calle, me da vergüenza decirlo, sobre todo por que soy de uno de los barrios mas peligrosos del Perú y esto que pasa aquí es un juego de niños.

Nota: Debo recuperar ese mecanismo de defensa.*

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* Estas notas no formaban parte de la novela. Estaban escritan en dos post-its pegados al comienzo de la obra. Parecen formar parte del argumento pero son expreisones del escritor no del narrador. Manuel Jontes



domingo, 19 de agosto de 2007

26 de mayo

Hoy recibí una carta de mi padre en la que me contaba de la muerte de una persona. Con palabras graves me decía que debía viajar a Perú ya que no podía informarme la identidad de esta persona si yo no me hacía presente. Cuando recibí la carta y estas palabras graves a las que mi padre no me tenía acostumbrado, pensé en mi madre. Bajé rápidamente y fui al locutorio a telefonear a Perú. En ese momento los tono que me daba el teléfono parecían de una longitud inapropiada, eran interminables. Mi madre resucitó y la alegría me hizo prometerle que ni bien pudiera arreglar algunos problemas que tenía en Buenos Aires viajaría a Lima para descubrir al muerto.

(Los problemas que me retienen en Buenos Aires son ficticios, disfrazan al único inconveniente que me aqueja que, es el de no contar con el dinero que me permita comprar ese pasaje).

(Creo que tardaré un mes en conseguir el dinero. Ya lo arreglaré. El problema es como sobrellevar esto de ir a buscar un muerto sin conocer su identidad. Desde que llegué a Buenos Aires tantos conocidos habían muerto. ¿Cuál es la razón por la que mi padre quiere que viaje a Lima?).

Yo suponía que el Perú se iba a poner feo por eso mismo me vine a vivir a Buenos Aires (no es el paraíso pero, todavía se puede vivir). El otro día me puse a hacer la cuenta de los conocidos que habían muerto en Perú desde que yo vine a vivir aquí. 13 son los muertos. Todos crímenes.

¿Quién puede haber muerto? ¿Por qué no me lo puedo decir por teléfono y ya?. Estas preguntas me las voy a hacer durante todo el mes...puta madre.....

Una última aparición

Aquí termina mi papel de presentador. Seguramente mi voz se hará presente en algún que otro post. Mis intervenciones estarán destinadas a aclarar el tema de los pos-its pegados en las novelas (y si algún lector lo requiere)
Los dejo con la obra de Enrique Tomizuka

sábado, 18 de agosto de 2007

Aclaraciones

  • La obra está estructurada bajo la forma de un diario personal, aunque, en alguno momentos está configuración se va perdiendo.
  • La obra contiene varios datos autobiográficos del autor
  • Contiene algunas correcciones que me parecieron pertinentes. Cada corrección que he hecho sera identificada en el texto.

viernes, 17 de agosto de 2007

Enrique Tomizuka

El 16 de abril de este año murió Enrique Tomizuka después de estar varios meses internado en el hospital militar. Enrique llegó a Buenos Aires en 1997 proveniente de Lima, Peru. Aquí Terminó el colegio secundario y en al año 2001, tras cuatro interminables años, ingresó a la Universidad de Buenos Aires para desarrollar sus inquietudes literarias en la facultad de Filosofia y Letras. Antes de su muerte estaba cursando el tercer año de la carrera de letras (allí fue donde lo conocí)

Fui de las pocas personas que lo visitaron en el hospital y, creo, su único amigo en Buenos Aires.
Luego de la muerte de Enrique fui a su casa para llevarme algunas de sus cosas y entre tanto papelerío encontré algunos de sus escritos, muchos que no conocía. Me llevó varios meses meses leer su obra y hoy estoy en condiciones de decir que varias de sus narraciones llenaron mis expectativas como hacía tiempo no lo hacía ningún otro escritor.
Mi alegría (como crítico literario y en menor medida como escritor) aumentó cuando entre sus obras hallé la novela en la que estaba trabajando antes de morir, en mi humilde opinión, el mejor de sus relatos.
No es mi intención crear una imagen mística de Enrique Tomizuka pero junto a esta novela encontre algunas notas que hicieron erizar mis pelos (En esta parte de la introducción a este blog abandono mi papeles de crítico y escritor). Las páginas del escrito estaban plagadas de post-its amarillos, algunos configuraban el plan de escritura, pero, otros recien déspues de su muerte pueden ser entendidos. Pensé que sería estupido privarlos de estas notas, por eso, la públicación de fragmentos de la novela en este blog (si el tiempo me lo permite va a ser completa), va a ir acompañada de esas notas, tal cual como estaban ubicadas en el original.*
La dificultad de publicar en Argentina me llevó a crear este blog y si todo marcha bien ustedes van a conocer la obra de Enrique Tomizuka. Creo un poco de justicia literaria.
*La publicación de estas notas ni le agrega ni le quita valor literario a la obra.

Blogalaxia